La imagen de la memoria invisible de Eikoh Hosoe 2da. parte

Durante más de cincuenta años, el renombrado fotógrafo japonés Eikoh Hosoe ha cautivado al mundo con su creatividad sin igual en el campo de la fotografía. Desde sus inicios, Hosoe se desmarcó del estilo documental predominante en la posguerra, atreviéndose a experimentar y liberar a la fotografía de las convenciones establecidas.

Eikoh Hosoe
Kazu Ohno 1994 de la serie Butterfly and dreams

Cada fotografía realizado por Hosoe es una invitación a explorar mundos nuevos y sorprendentes. Sus composiciones vívidas y evocadoras nos transportan a un universo paralelo donde la realidad se entrelaza con la fantasía. Con maestría, Hosoe captura la esencia de los sujetos, revelando su vulnerabilidad, belleza y fuerza interior en cada imagen.

La imagen de la memoria invisible de Eikoh Hosoe

Su enfoque innovador y su habilidad para fusionar diversas disciplinas artísticas han dejado una profunda huella en el mundo de la fotografía. Hosoe no solo ha influido en generaciones posteriores de fotógrafos, sino también ha desafiado las expectativas y las normas establecidas, demostrando que el arte es un terreno fértil para la exploración y la libertad creativa.

La imagen de la memoria invisible de Eikoh Hosoe

A través de su carrera excepcional, Eikoh Hosoe ha dejado una marca indeleble en el mundo de la fotografía y su legado continúa inspirando a artistas y amantes del arte en todo el mundo. Su trabajo audaz y vanguardista nos recuerda que el arte es una poderosa herramienta para expresar nuestra individualidad y trascender los límites establecidos.

Eikoh Hosoe

The Butterfly Dream

El magistral libro El sueño de la mariposa (2006) relata la intensa colaboración entre Eikoh Hosoe y Kazuo Ohno desde 1960 hasta 2005. Su título, una metáfora romántica muy querida por el artista, podría referirse también a la parábola del filósofo chino Chuang Chou, en la que el sabio sueña que es una mariposa y al despertar se pregunta si no será en realidad una mariposa soñando que es Chuang Chou. Más allá de la idea de un fotógrafo que registra una actuación efímera, se trata de una obra de arte en la que Kazuo Ohno baila para la cámara de Eikoh Hosoe, quien, a su vez, le pone en escena y le dirige a través de la fotografía, de tal manera que resulta imposible saber quién dirige a quién.

«No estoy interesado en una danza muy estructurada.  La danza es una forma de vida, no una organización de movimientos.  Mi arte es el arte de la improvisación.  Esto es peligroso.  Trato de llevar en mi cuerpo todo el peso y el misterio de la vida para seguir mis recuerdos hasta alcanzar el útero materno». 

Kazuo Ohno

Eikoh Hosoe

¿Quién fue Kazuo Ohno?

Kazuo Ohno, fallecido a los 103 años en 2,010, fue uno de los pioneros del Butoh

(lee aquí lo que es el butoh en la primera parte de este post), la sorprendente aportación japonesa a la danza contemporánea. El Butoh, que incorporaba elementos del surrealismo, el existencialismo, el expresionismo alemán, el teatro kabuki (El teatro Kabuki es una forma de teatro tradicional del Japón que surgió a principios del siglo XVII y que era particularmente popular entre los habitantes de las ciudades) y el pensamiento espiritual oriental fue en parte una reacción a los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Kazuo Onho, a diferencia de Tatsumi Hijikata es más un solista performático que un técnico y coreógrafo.

Amigo muy cercano de Hijikata (Conoce la historia de Kamitachi) junto con Ohno se convirtieron en artistas prohibidos. Viajaron a Europa, donde las vanguardias se interesaron por esta nueva forma de entender la danza que surgía en el Japón de la posguerra, tras las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

«Hay que despojarse de todos los movimientos habituales; sin ellos uno no sabe cómo moverse, por eso tiene que insistir y penetrar en el mundo incomprensible. Si uno entiende algo, entonces eso no es Butoh».

Kazu Onho

Con astucia, Hosoe recurrió a la mitología, la metáfora y el simbolismo, dando vida a imágenes que traspasaban los límites de la fotografía tradicional. Sus obras se convirtieron en un crisol de diferentes formas de arte, fusionando la fotografía con elementos del teatro, la danza, el cine y el arte tradicional japonés.

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