Dentro de nosotros hay un explorador, desde que nacemos, nos dedicamos a observar y experimentar, de esta forma determinamos el funcionamiento de lo que nos rodea.
La observación despierta sensaciones y nos hace percibir la vida de una forma más realista.
Nos hace pensar y de esta forma actuar de cierta forma en beneficio de nuestro planeta y sociedad.
Con una cámara guardamos esos momentos, es una forma de recordar lo que observamos, lo que sentimos y percibimos. Pero para muchos puede ser una excusa, para no perder ese explorador que tenemos dentro.
La exploración nos hizo llegar a la Luna y probablemente en un futuro próximo nos lleve a colonizar marte.
Lo importante es, conservar ese explorador que tenemos dentro y si podemos capturar esos momentos que transmiten esos sentimientos, quizá podamos ser como un Georges Méliès que sigue influenciando la industria del cine después de 100 años.
En un mundo de constante cambio, exploración científica y cambios tecnológicos, necesitamos de exploradores pensantes que sean influencia positiva en nuestra sociedad.