El reto más grande de un proyecto fotográfico personal como este es ¿Cómo hacer un trabajo visual interesante sobre un artista que estaba expuesto al público la mayoría del tiempo?, ¿Cómo lograr retratar al personaje en el ambiente que encierra su papel? y ¿Cómo mostrar lo que se oculta a simple vista?.
Bala de Plata fue el proyecto de fin de curso en la escuela de fotografía en la que estudié. Al inicio me encontraba totalmente perdido en una situación nueva y en un lugar extraño.
Bala de Plata fue el proyecto de fin de curso en la escuela de fotografía en la que estudié. Al inicio me encontraba totalmente perdido en una situación nueva y en un lugar extraño.
Nuestra conversación inicial giró en torno al país de mi procedencia Guatemala, después de pedirle su nombre, tuve que solicitarle el número de teléfono para entregar impresas las fotografías de esa pequeña colaboración.
Se me ocurre una idea, le dije. ¿Qué te parece que haga un trabajo fotográfico de tus presentaciones por diferentes ciudades de España?… Así fue como inició este proyecto donde viajé junto al misterioso mimo urbano por las ciudades de Madrid, Cádiz, Sevilla, Bilbao y Valencia en tiempos de feria o festividades locales.
Cada ciudad que visitamos tiene un valor en mi memoria, pero Valencia fue especial porque al salir de la estación del autobús lo primero que buscamos fue un lugar donde dormir y no era precisamente un hotel o un hostal. A causa de las famosas “Fallas de Valencia” todas las habitaciones disponibles se ocupan, así que pasamos cinco días durmiendo en la calle, dentro de una tienda portátil que se instalaba ofreciendo desde pipas, parches, hasta muñecos de vudú de un argentino que montaba su negocio de ciudad en ciudad, adicional a todo esto, el dueño de esta tienda vivía con cinco perros que adoptó de diferentes lugares. Al final de la jornada nos reuníamos todos, al final del día todos éramos de la calle.